Tras el Olimpeion, en 131 d.C. los atenienses erigieron la Puerta de Adriano, en honor al gran benefactor de Atenas. Dicha puerta separaba la antigua ciudad de Atenas, de la Nea Poli (nueva ciudad) o Andrianoupoli.
La Puerta de Adriano, de 18m. de altura, construida con mármol del Pentélico, consta de un pórtico arqueado en cuya parte superior hay una fila de cuatro columna corintias. Las dos columnas del centro están “coronadas” por un pequeño frontón. En el estrecho friso de la parte oriental y encima del ábside hay una inscripción que dice: “Esta es la puerta de Adriano y no la de Teseo”; mientras que en la parte occidental hay otra inscripción en la que se lee: “Esta es Atenas, la antigua ciudad de Teseo”.