Las polis o ciudades griegas compartían características comunes. El ágora o plaza publica constituía el centro neurálgico en el que se concentraban la actividad comercial (mercado) y pública. Aprovechando una elevación del terreno se construía una zona fortificada (acrópolis o ciudad alta) donde residía el poder político, económico y religioso de la polis. Por último los principales barrios estaban rodeados por una muralla defensiva.
El año 510 a. C. el oráculo de Delfos dictaminó que la Acrópolis de Atenas sólo sería habitada por los dioses. Pericles inició la transformación de la Acrópolis en una zona repleta de templos y estatuas. Se encargó la supervisión y dirección de las obras al escultor Fidias, que había alcanzado fama con una gran escultura de bronce de 9 m de altura, dedicada a Atenea Promakos que se colocó en el centro del santuario.
La Acrópolis fue el espacio en el que se desarrolló el culto a Atenea, la diosa más importante de la ciudad. Inicialmente era una zona habitada, pero para el siglo VI a. C. ya había adquirido importancia religiosa, cuando Pisítrato construyó un santuario de Atenea en piedra caliza. En honor a la diosa patrona de la ciudad se llevaban acabo las Panateneas que incluían competiciones atléticas y una solemne procesión en la que participaba toda la población de la ciudad. El propósito de la procesión era el acto de entrega de un nuevo peplo a la estatua de Atenea acompañado de la celebración de sacrificios en la cima de la Acrópolis. Las Panateneas alcanzaron su máximo esplendor durante el siglo V a.C. cuando el peñasco sagrado fue decorado con espléndidos edificios. En el 437-432 a.C. fueron construidos los Propileos, entradas monumentales por el arquitecto Mnesicles. La fachada tenía forma de templo con lo cual se imponía a los fieles un ascenso ritual al santuario. Durante el mismo periodo, Calícrates construyó el templo jónico anfipróstilo a Ateneas Niké en memoria de la victoria sobre los persas. El Partenón, símbolo de la Atenas democrática, fue terminada entre los años 447-432 a.C., de acuerdo con los planos del arquitecto Ictino y Calícrates. Era un períptero dórico anfipróstilo (8 x 17) con elementos jónicos. Su nave era especialmente amplia y contenía una columnata con la forma de la letra griega pi. En su interior albergaba la famosa y colosal estatua en oro y marfil de Atenea Partheno, obra del escultor Fidias. El templo estaba totalmente construido con mármol pentélico y decorado con composiciones esculturales de Fidias.
El Partenón, gracias a los llamados adelgazamientos arquitectónicos y las curvaturas de la superficies, daba más la impresión de ser una obra escultórica que un simple edificio. En esta obra maestra de la arquitectura griega se alcanzaron a su cumbre todas las búsquedas ideológicas y artísticas de los antiguos griegos. En el 421- 406 a.C., se construyó al norte del Partenón el Erection, un original templo jónico consagrado a las antiguas divinidades atenienses, como Poseidón y a Ateneas, los dos dioses que de acuerdo a la mitología se disputaron la protección de la ciudad. En la fachada sur del Erection estaban las Cariátides, estatuas de Korai o Kores con funsión de elementos de apoyo. La Acrópolis estaba decorada con muchos otros edificios, tales como un santuario de Afrodita Pandemo, el santuario de Ártemis Brauronia, Calcoteca, templo de Roma y Augusto, Santuario de Zeus Palante.